martes, 22 de septiembre de 2009

Entrevista Zona N, periodico Listin Diario Rep. Dominicana

                  ENTREVISTA a Guido Riggio Pou
                            por Rosa Silverio para el periódico LISTIN DIARIO
(http://www.listin.com.do/zona-n/2009/9/11/114594/Guido-Riggio-Pou)
 
Guido Riggio Pou es un agudo economista, controversial articulista y sensible escritor de la Ciudad Corazón. Su mirada recuerda al mar y su sonrisa delata al niño que pervive en su interior. En una ocasión le preguntaron quién era él y respondió que era sus muchos habitantes. A través de esta entrevista, desnudaremos al habitante cultor de la palabra y el conocimiento.

Cuéntanos sobre tus actividades como economista.
 
Me gradué en la PUCMM en el 1973 y me dediqué al sector privado, dando consultas y ayudando a desarrollar proyectos propios y ajenos, esencialmente en el subsector turístico e inmobiliario donde todavía me mantengo. La economía es una profesión fascinante, es una profesión que te permite soñar y jugar con los ladrillos que modelan un mundo mejor, un mundo donde todos los seres humanos puedan disfrutar de las bondades del progreso. El economista trata de encontrar las soluciones funcionales mediante las cuales la sociedad pueda alcanzar su desarrollo.

¿Cómo logras conciliar tu profesión con tu pasión por la literatura?
 
Cuando escribo sobre economía, estoy escribiendo algún ensayo, estoy creando, estoy pensando, estoy amando y creciendo, estoy dando de mí, amamantando a los seres que comparten la vida y la tierra conmigo. Les estoy dando mi vida y mi existencia, no importa si lo que escribo es sobre la economía y que resolverá un problema material humano, o si lo que escribo es un ensayo sobre lo bello, o una simple poesía que ponga a vibrar y a pensar a un alma; todos estos son aspectos que tocan profundamente al hombre, son parte de su naturaleza y de su existencia. Ambas son pasiones, la pasión no es más que una forma ardorosa de enfrentar un tema de la vida.

Se te ve con frecuencia en una tertulia con amigos en la Plaza Internacional. Confiésanos, ¿de qué hablan ustedes?
 
De lo mismo que hablábamos en nuestra juventud, cosas intrascendentes, pero ahora cargadas por el peso de la experiencia y de las arrugas que dejan los años en el espejo. A veces, o casi siempre, nos apresuramos, como niños maliciosos, para ver a alguna bella dama, tratando de atrapar el tiempo que nos escurre presuroso entre las manos.

Tus artículos de opinión sobre asuntos de la actualidad dominicana se han dado a conocer por ser puntillosos y hacer un gran uso de la ironía. ¿Eres el articulista de la controversia?
 
Ese estilo irónico no ha sido elegido por nosotros, no es algo ensayado, más bien el estilo elige al escritor. De todas maneras la ironía es parte de la crítica profunda que hacemos, no solo a la sociedad de la que formamos parte, sino que en el fondo es una critica a nosotros mismos. Si vamos a reír, debemos de empezar a reírnos de nuestras propias debilidades y ridiculeces. Toda puntilla tiene un origen autobiográfico, de manera que primero me burlo de mis propias incongruencias, de mis muchas debilidades.

Háblanos sobre tu vocación creadora, cómo surge y porqué sólo escribes poesía.
 
Sólo he publicado poesías, pero también espero la visita de alguna musa que le dé con escribir novelas. En cuanto a cómo surge… una vez meditaba en esto y concluía que uno escribe porque cree que con el lenguaje puede atrapar la realidad, pero lo cierto es que todo arte, aunque pretende atrapar la realidad, jamás la alcanza.

Has publicado tres poemarios: Los Espejos del Tiempo (1995), El Ángel (2002) y El Otro Jardín (2004). ¿Cuáles son los temas que abordas en cada libro y las diferencias entre uno y otro?
 
Inexorablemente la temática poética de esos tres libros me arrastra a las profundidades de la metafísica, los tres abordan al hombre sobre el solitario escenario de una incomprensible existencia, enfrentado al silencio de unos dioses que cada día nos tienen más confundidos, más conturbados. En la vida, las certezas son puros espejismos, son "realidades" que debemos inventar para que no se nos hunda la barca. Muchos sucumben y adoptan una visión del mundo que le proporciona certezas y seguridades, otros se arriesgan a nadar en las profundidades del abismo y jamás se aferran a dogmas y a doctrinas limitadas, siempre están tratando de encontrar nuevas y reales respuestas, reales respuestas que no se acomodan a simples dogmas que sólo sirven de placebo para apaciguar a las almas inquietas. Los tres libros están escritos con una gran economía y reticencia, mientras más escribo, más me convenzo de la imposibilidad del lenguaje de poder atrapar la realidad, por eso sólo trato de sugerir? para que sea la propia realidad la que hable.


Nos interesa saber cómo ha sido tu búsqueda literaria y cuáles son los libros y autores que has encontrado en el camino.
 
Busco en la lectura la sustancia, el pensamiento, la belleza, por eso prefiero leer y releer, profundizar en unos pocos buenos libros. Me gustan las lecturas que nos atrapan. No leo para estar al tanto de las últimas publicaciones. Son interesantes: las biografías noveladas, los ensayos, la historia, novelas densas, ciencia y todo lo que tiene que ver con el tema del lenguaje. Élie Faure, Will Durant, Paul Valéry, Marie Renault, Stefan Zweig, Franklin Mieses Burgos, Marguerite Yourcenar, Manuel del Cabral, Irving Stone, Lezama, Borges, Nietzsche, Heidegger, Freud, Saussure, Foucault, Hegel, Schopenhauer, Derrida, Kierkegaard, Krishnamurti, Althusser, Blavtsky, Stephen Hawking, clásicos griegos, clásicos de la literatura inglesa y castellana.

¿Qué importancia tiene el conocimiento y la cultura para un pueblo como el nuestro?
 
Para el nuestro y para cualquier pueblo el conocimiento y la cultura es fundamental para continuar nuestra marcha triunfante “como especie” por el camino de la vida. Sospecho que en el fondo los seres vivientes y los hombres somos, como vislumbra Dawkins, máquinas de supervivencia que servimos a unos genes que nos utilizan y que pretenden vivir eternamente, por siempre, sumergidos en el amor de las substancias . Quizás por esto amamos tanto a nuestros hijos.

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